PAPIRO 3
En las primeras décadas del presente siglo, las agencias de inteligencia occidentales, que antaño se servían de las fuerzas armadas locales para ejecutar golpes de Estado contra los gobiernos que no le eran afines, han perfeccionado un método novedoso e ingenioso para llevar a cabo estos mismos planes, y esta nueva metodología consiste en el financiamiento y en muchos casos, incluso la creación de Organizaciones No Gubernamentales, que tienen como fin la desestabilización, fomentar el descontento, organizar revueltas “espontaneas” y desacreditar mediante informaciones falsas, a los gobiernos que tienen políticas autónomas o que pretenden defender la soberanía popular.
Sin embargo, estas ONGs siempre ocultan sus verdaderas intenciones detrás de pomposos y loables enunciados como, “La defensa de los derechos humanos”, “La lucha contra la corrupción”, “Los derechos de las minorías sexuales” o “La transparencia de los gobiernos”. Pero la realidad es bastante más oscura que los, aparentemente nobles fines, que buscan muchas de estas organizaciones y aquellos que las dirigen, los cuales a menudo pretenden ponerse sobre un pedestal moral, por encima inclusive de los representantes políticos elegidos por sus pueblos para la tarea de gobierno, siendo que paradójicamente, los oenegeros no son elegidos por nadie, o por lo menos, no por el pueblo, pero sin duda alguna, muchos de ellos han sido escogidos desde capitales extranjeras, para recibir abultadas cantidades de dinero y “trabajar” en favor de intereses foráneos.